miércoles, marzo 29, 2006

Because You Live

Hoy comparto la letra de esta canción que me gusto mucho, es el video que esta al lado al iniciar el blog

Because you live

Mirar a la lluvia con un corazón pesado
Es el fin del mundo en mi mente
Entonces tu voz me llama y me despierto con el llamado
He estado buscando la respuesta
En todos lados
Y no podía ver que la respuesta estaba aquí mismo
Y ahora se lo que no sabía

Porque Vives y respiras
Porque haces que crea en mi, cuando nadie más puede ayudarme
Porque Vives, Niña
Mi mundo tiene dos veces mas estrellas en el cielo

Estoy bien, sobreviví, estoy vivo otra vez
Por ti, porque lo hiciste aunque estuviera lloviendo
Que es vivir, Si lo único que hago es morir por dentro
Estoy muy feliz, ya que encontré un ángel
Alguien
Quien estuvo cada vez que mis esperanzas de cayeron
Ahora quiero volar, mirando tus ojos

Porque Vives y respiras
Porque haces que crea en mi, cuando nadie más puede ayudarme
Porque Vives, Niña
Mi mundo tiene dos veces mas estrellas en el cielo
Porque vives, yo vivo

Porque vives, ahí una razón para mí
Continuar cuando pierdo la lucha
Quiero dar a los demás, lo que tú me has dado siempre

Porque Vives y respiras
Porque haces que crea en mi, cuando nadie más puede ayudarme
Porque Vives, Niña
Mi mundo tiene dos veces mas estrellas en el cielo

Porque Vives y respiras
Porque haces que crea en mi, cuando nadie más puede ayudarme
Porque Vives, Niña
Mi mundo tiene todo, y necesito sobrevivir

Porque vives, yo vivo, yo vivo

Aprender a orar

"La oración hace temblar los cimientos del universo. Suscita la ayuda de Dios. Lleva una profunda sabiduría, junto a la cual, la del científico y el erudito no es más que la llama de una minúscula vela en la deslumbrante claridad del mediodía. Persevera en la búsqueda de esa sabiduría, guía prudentemente a otros en su viaje íntimo y te encontrarás tú mismo en una senda que conduce no sólo a una honda paz interior, sino también a esa paz del mundo a la que tan ardientemente aspiran en todas partes los seres humanos"
William Johnston.


Sé indulgente conmigo un momento y déjame sentarme a tu lado,
que luego terminare lo que estoy haciendo.
Mi corazón, si no te ve, no tiene sosiego,
y mi trabajo es como un afán infinito en un fatigoso mar sin playas.
El verano ha venido hoy a mi ventana, zumbando y suspirando,
y han venido las abejas, trovadores en la corte del bosque florecido.
Es el tiempo de sentarse quieto frente a ti, el tiempo de cantarte,
en un ocio mudo y rebosante, la ofrenda de mi vida.


Que sólo quede de mí, Señor, aquel poquito
con que pueda llamarte mi todo.
Que sólo quede de mi voluntad aquel poquito
con que pueda sentirte en todas partes,
volver a Ti en cada cosa, ofrecerte mi amor en cada instante.
Que sólo quede de mí aquel poquito con que nunca pueda esconderte.
Que sólo quede de mis cadenas,
aquel poquito que me sujeta a tu deseo,
aquel poquito con que llevo a cabo tu propósito
en mi vida: la cadena de tu amor.


Mi oración, Dios mío, es ésta:
Hiere, hiere la raíz de la miseria en mi corazón.
Dame fuerzas para llevar ligero mis alegrías y mis pesares.
Dame fuerzas para que mi amor dé frutos útiles.
Dame fuerzas para no renegar nunca del pobre
ni doblar mi rodilla al poder del insolente.
Dame fuerzas para levantar mi pensamiento
sobre la pequeñez cotidiana.
Dame en fin, fuerzas para rendir mis fuerzas,
enamorado, a tu voluntad.


Cuando esté duro mi corazón y reseco,
baja hasta mí como un chubasco de misericordia.
Cuando haya perdido la gracia de la vida,
ven a mí con un estallido de canciones.
Cuando el tumulto del trabajo levante ruido en todas partes,
ocultándome el más allá, ven a mí,
Señor del silencio, con tu paz y tu sosiego.


Cuando mi pordiosero corazón esté acurrucado
cobardemente en un rincón,
rompe tú mi puerta, Rey mío, y entra en mi
con la ceremonia de un rey.
Cuando el deseo ciegue mi entendimiento con polvo y engaño,
¡vigilante santo, ven con tu trueno y tu resplandor!


Permite, Dios mío, que mis sentidos se dilaten sin fin,
en un tributo a Tí, y toquen este mundo a tus pies.
Como una nube baja de julio, cargada de chubascos,
permite que mi entendimiento se postre
a tu puerta, en un tributo a Tí.
Que todas mis canciones unan su
acento diverso en una sola corriente,
y se derramen en el mar del silencio, en un tributo a Tí.
Como una bandada de cigüeñas que vuelan, día y noche,
nostálgicas de sus nidos de la montaña, permite, Dios mío,
que toda mi vida emprenda su vuelo a su hogar eterno, en un tributo a Tí.


Rabindranath Tagore

Aprende a apreciarte

No robes

No robes
a tu soledad pura
tu ser callado y firme.
Evita el necesario
explicarte a ti mismo
contra los casi todos.
Solamente tú solo llenaras
enteramente el mundo.

Juan Ramón Jiménez

Me permito compartir con ustedes algunos textos que han eriquecido sobremanera mi vida, que me han enseñado a valorarla, a ver las cosas desde otra perspectiva, textos que se aprecian y reconocen como fundamentales, escritos por otros hombres y mujeres, de otras latitudes y en ocasiones hasta de otras épocas, pero con un valor inmanente que nos permite dialogar, conocernos y reconocernos, el texto que transcribo a continuación es de Bernardo Ortín, a quien desde aqui, me permito saludar, porque lo conozco sin conocerle, porque me ha bastado leerle para saberle mi amigo.

Hubo un tiempo en que...
Bernando Ortín

Hubo un momento en el que naciste, percibiste el mundo, dormías profundamente durante muchas horas al día, sentías el abrazo de tu madre, de tu padre, oías voces a tu alrededor, recibías sonrisas, caricias...

Hubo un tiempo en el que llorabas cuando tenías la más mínina necesidad, era un llamado fuerte, liberador, sin pena, satisfactorio, como el de algunos sueños de la vida adulta, tambien reías con fuerza, con alegría...

Tantas y tantas veces te sentías muy bien, con la sensación de satisfacción plena...

Fue un tiempo en el que notabas la insatisfacción inmediatamente y potentemente, tambien la satisfacción...
Hubo un momento en el que comenzaste a explorar tu alrededor quizá a gatas, enseguida comenzaste a caminar...

Hubo un tiempo en el que te sentías muy bien explorando todas estas cosas...

Un tiempo en el que, a menudo, sentías un placer que ahora te es familiar, en alguna parte de tu consciencia.
Hubo un momento en el que sentiste mucha curiosidad por algo, te fascinaba llenar y vaciar recipientes de agua, cubos de arena, sacar y guardar objetos, pinzas de tender la ropa, botones, herramientas, objetos, casi no podías dejar de jugar con esas cosas, te enfrascabas a fondo...

Hubo un momento en que sentías mucha curiosidad por las cosas de tus padres, los cajones de su armario, su mesita de noche, te llamaba la atención su forma de ordenar las cosas, el olor del interior de los armarios, la cómoda, la casa de tus padres...

Hubo un momento en el que te atrajo como un fuerte imán algún lugar de la casa, el despacho de tu padre, su taller, la alacena llena de trastes, el desván, la cocina al atardecer sin actividad, el sitio donde tu madre descansaba...

Hubo un tiempo en el que aprendiste las primeras letras, conocistes los colores, las pinturas y aprendías tantas cosas...

...y tantas veces y en tantas ocasiones tenías tantas maneras de apreciarte a ti mismo...

Hubo un momento en el que conociste a tus primeros amigos, estabas con ellos, muy juntos, sentiste la complicidad, la lealtad, la sensación de confidencia.

En esta época hubo muchos momentos en los que te mostraste inteligente, ocurrente, en los que dejaste ver tu lucidez, tu apoyo y afecto por los demás. Hubo momentos en los que notaste que te valoraban.

Hubo un tiempo en el que comenzaste a estudiar, empezaste a trabajar...
sentiste la excitación de hacer cosas nuevas, sentiste que dirigías tu propia vida.

Hubo un momento en el que notaste que tu vida marchaba hacia adelante.

Hubo una época en la que descubriste que las cosas se te daban bien, que podías fiarte de tu intuición, que tu pensamiento era certero, que eras capaz de solucionar muchas cosas...

...y tantas veces y en tantas ocasiones tenías tantas maneras de apreciarte a ti mismo...

Hubo un tiempo en el que se enamoraron de ti y tú sentiste esa inmensa emoción... experimentastes cómo era ser el centro de la vida de otra persona. Fueron momentos en los que notabas que tus movimientos, tus palabras, tus silencios provocaban un gran impacto en el otro y tú te sentías mirado, querido, amado... y amaste con tanta intensidad, más de la que te creías capaz...

Fue un momento en el que te decían cosas fantásticas sobre ti, cosas que ni tú mismo sabías, o quizá intuías...

Hubo un momento en el que te marchaste de la casa paterna... a vivir de otro modo, a dirigir tus cosas, a orientar tu propia vida.

Hubo un momento de grandes planes para tu vida, de emoción intensa al pensar en cómo ibas a organizarte...

...y tantas veces y en tantas ocasiones tenías tantas maneras de apreciarte a ti mismo...

Hubo un tiempo en el que notaste cómo confiaban en ti, cómo apreciaban tu modo de ser, de hacer las cosas, de enfrentarte a problemas.

En algún momento descubriste que eras capaz de pasártelo muy bien, de disfrutar la vida, de sentir satisfacción... en tantos y tantos momentos, contextos, escenarios de la vida, con tantas personas queridas...

...y has tenido muchos momentos para experimentar que eres una gran persona, porque te lo han dicho, porque tú lo sabes, porque lo notas en cómo te miran, cómo se dirigen a ti.

Y con esa sensación de aprecio a ti mismo, deja que tu pensamiento se reorganice, deja que note todos esos episodios de tu vida y cuando tú quieras reorienta tu atención aquí y ahora, trayendo contigo ese aprecio al valor de ti mismo...

...y tantas veces, y en tantas ocasiones, como lo desees, tendrás tantas maneras de apreciarte a ti mismo...

Camino del Guerrero



La conquista de uno mismo y la consecución de la libertad interna representan el propósito esencial del guerrero espíritual. Le proporciona así un especial significado a la existencia, que comienza a contar y tener su propio peso específico segundo a segundo, momento a momento.

Para alcanzar la libertad interior y completar la conquista de uno mismo y la evolución consciente, el guerrero espiritual instrumentaliza toda actividad, circunstancia y situación para crecer, elevar la consciencia, desarrollar la comprensión lúcida y disponerse a ser tocado por la Sabiduría. Así da la bienvenida a todo lo que se presenta en su camino existencial, por doloroso que resulte. Nada en sí mismo es un obstáculo si se convierte en soporte de realización.

Cultiva su temple. Es a la vez recio y manso, controlado y fluido. No descuida la actitud de coraje, enfrentando miedos y temores. Aprecia la destreza y bruñe su carácter de guerrero con la meditación, la verdadera motivación y la apertura a la corriente de energía despierta. Aprende a navegar en el nivel de lo cotidiano y en el de lo supracotidiano.

Desconfía del ocio y no se entrega a la indolencia. Está presto. Se adentra. Siempre preparado para la autoconquista. Pero jamás es rígido ni compulsivo. Jamás es más indulgente consigo mismo que con los otros. Es su propio desafío y su propio reto. La apatía no tiene cabida en su ánimo. No cede a los achaques de la negligencia. Preserva el filo del discernimiento y sabe que la sabiduría se gana y no se adquiere gratuitamente. Así no deja que su voluntad se agriete.