Una mañana de esas...
Hoy es una mañana de esas, en las que te levantas para seguir la jornada, sin saber bien a bien quien eres y hacia donde te llevaran tus propios pasos. Una de esas mañanas en las que todos te parecen ajenos y a la vez tan familiares, en las que el espejo refleja impávido el paso del tiempo y en la que puedes sentirte todo tu, lleno de vida. Estos días han sido un tanto curiosos, parece como que una energía dentro de uno vibrara muy fuerte y nos hace tiritar de vez en vez.
Parece como si de repente pudieras sentir la aprehensión del propio corazón aproximándose a su fin, consciente de que sus días han sido contados, se siente asi bien raro, y todo tu te vuelves ajeno a ti mismo. Una de esas mañanas en que hay que seguir adelante, en que la fortaleza debe sacarse de algún sitio en tu interior y aprender a sonreír nuevamente, con una candidez infantil, porque hoy es una de esas mañanas en que el mundo vuelve ser nuevo solo para ti.
Parece como si de repente pudieras sentir la aprehensión del propio corazón aproximándose a su fin, consciente de que sus días han sido contados, se siente asi bien raro, y todo tu te vuelves ajeno a ti mismo. Una de esas mañanas en que hay que seguir adelante, en que la fortaleza debe sacarse de algún sitio en tu interior y aprender a sonreír nuevamente, con una candidez infantil, porque hoy es una de esas mañanas en que el mundo vuelve ser nuevo solo para ti.