lunes, octubre 30, 2006

Entre marejadas de pensamientos...

Una vez un amigo me invito a conocer un método para alcanzar la iluminación, leí unos artículos y la verdad me resultó un tanto atractivo-supongo que como todo aquello que nos ofrece paz y bienestar- a veces creo también que ése solo es un estado idealizado por el hombre, no necesariamente debemos estar felices el 100% de nuestras vidas, de hecho pienso que muchas veces son las dificultades las que nos permiten distinguir lo bueno que hay en nuestras vidas. No quiero decir que me alegre tener problemas, solo que los entiendo como parte del proceso vital de experiencias que puedo tener.

Me atrae que llaman actitudes a sus técnicas y realmente estoy convencido que muchos de los problemas del hombre actual tienen profundas raíces en las actitudes que tomamos ante la vida. Ciertamente somos seres atrapados por la maraña de nuestros pensamientos - a veces los del pasado, a veces los del futuro- pocas veces nos concentramos en el presente, pero analizaba a fondo este asunto y encuentro que el mismo presente es bastante fugaz, efímero, apenas termino de escribir una palabra cuando ya estoy pensando la siguiente, apenas inspiro debo expirar para comenzar de nuevo; me temo que por más concentrados que estemos en el presente siempre estaremos atados a nuestros recuerdos y a nuestro futuro.

Aún reconociendo que debemos estar por encima de todo ello para valorar cada instante de vida, aún entendiendo que todo en la vida fisica es efímero y que debierámos estar constantemente en actitud de alabanza, gratitud y amor, creo que es sumamente importante la congruencia con ello; es decir -si como creo- todo es cuestión de una forma de entender la vida y una fe en ello, todos hemos experimentado lo que algunos científicos llaman sentimiento oceánico (la sensación de pertenencia a todo cuanto nos rodea y al cosmos mismo), encuentro que aún cuando Buda, Cristo, Alá o Yahvé en su mensaje al hombre mantienen una unidad y coherencia haciéndonos entender que el hombre tal como ellos lo plantean es posible, pienso que ello demanda de cada uno la conversión total hasta convertirse en santo. Me explico -entre más entienda y comprenda el mensaje- (tener un gran amor propio, amar infinitamente a la creación y los demás con una compasión inmanente) si no soy capaz de vivirlo solo estoy dando vueltas en la cabeza. Habría que analizar y replantear el concepto de "santo" por más que más de uno ponga el grito en el cielo, que conste.

Cuento con una formación científica que lejos de separarme de la mística me ha llevado más y cada vez más a ella, en realidad estudie por que queria saber: ¿qué es la vida? hoy puedo contar con una maestría y estoy convencido de que aún haciendo veinte doctorados jamás podré encontrar la respuesta a mi pregunta; la vida es un misterio es todo lo que sé, un misterio lleno de maravilla, es la materia conciente de si misma, es el universo observándose a si mismo, cuando uno va hilvanando el conocimiento de que hoy disponemos para encontrar que la vida no esta construida de otra cosa que material cósmico, que aún los físicos que han logrado poner cohetes en la luna e impulsan el increíble desarrollo tecnológico, llegan a callejones sin salida como la mecánica cuántica o el relativismo de Einsten, cuando son ellos los que mencionan que luego de escalar la montaña del conocimiento encuentran que los misticos han estado sentados ahí por mucho tiempo, uno se pregunta si no es deseable, bueno y noble que la gente toda haga conciencia de ello, de esta forma uno se maravilla de cada brizna de hierba, de cada insecto diminuto, de las estrellas, las galaxias, en fin. Pero para ello debemos abrir oportunidades a todos para aprender, debemos no solo enseñar, debemos vivir con actitudes de alabanza, gratitud y amor, entender que no solo se trata de crear aulas y llenar de información a la gente, se trata de abrir nuestros corazones, de conectar lo que sabemos con lo que sentimos.

Y luego uno piensa: ¿acaso es posible en este mundo actual? con una vida tan acelerada, la oficina, la familia, etc. Sé muy bien que me dirán que ese es precisamente el problema.- estar siempre pensando hacia afuera, en lugar de pensar hacia adentro, bueno esta bien, aún concediendo, entonces ¿qué me queda? volverme un iluminado e ¿ir predicando la paz y el amor por el mundo? Según parece se trata de que pueda yo estar plenamente conciente de todo esto, para vivir la vida a plenitud, se trata precisamente de saber que esta en nuestras manos y solamente en nuestras manos la posibilidad de tomar decisiones acerca de nuestra vida. Disculpame querido lector por enredarte en esta maraña de mis pensamientos, pero es que a veces el carrusel no para y amenaza con volverme loco. Saludos fraternos!